lunes, 6 de abril de 2009

LOS WAYUU


 


LOS WAYUU








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l pueblo Wayuu habita la árida península de la Guajira al norte de Colombia y noroeste de Venezuela, sobre el mar Caribe. Es una región con un clima cálido, seco e inhóspito, bañada por los ríos Ranchería (Colombia) y El Limón (Venezuela). Presenta unas estaciones climáticas marcadas por una primera temporada de lluvias, denominada Juyapu, que se desarrolla durante los meses de septiembre a diciembre, seguida de una época de sequía, conocida como Jemial, que va desde diciembre hasta abril. Posteriormente, viene la segunda temporada de lluvias, llamada Iwa, para rematar con una larga temporada de sequía que va desde mayo a septiembre.

 







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oblación: Según los censos realizados, la población Wayuu está constituida por 144.003 personas que representan el 20.5% de la población indígena nacional (DNP-INCORA, 1997), y constituyen el 48 % de la población de la Península de la Guajira. Ocupan un área de 1.080.336 hectáreas localizadas en el resguardo de la Alta y Media Guajira y ocho resguardos más ubicados en el sur del departamento y la reserva de Carraipía.


Los Wayuu no se distribuyen de manera uniforme en su territorio tradicional. La densidad de población en los alrededores de Nazaret, por ejemplo, es mayor que en las otras áreas de la península. Otras zonas de alta densidad de población guajira están ubicadas en los alrededores de Uribía, la Serranía de Jala’ ala y en las sabanas de Wopu'müin, en los municipios de Maicao y Manaure.


La distribución demográfica de los Wayú en la península está íntimamente relacionada con los cambios estacionales; durante la estación seca muchos Wayú buscan trabajo en Maracaibo o en otras ciudades o pueblos, pero cuando llegan las lluvias un gran número de ellos retorna a sus casas.


Los Wayuu se refieren a sí mismos simplemente como wayuu. Usan el término Kusina para denominar a otros grupos indígenas y el término Alijuna para designar al blanco y, más generalmente, a toda persona que no sea Wayú. Los indígenas rechazan la interpretación de Wayú como indio. Prefieren traducir Wayú por persona o gente, mientras traducen Alijuna como "civilizado" y Kusina como indio.¨ (Vergara, 1987)


 


LENGUA







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a familia lingüística de la lengua Wayuu es la Arawak. Esta lengua presenta algunas diferencias dialectales dependiendo de la zona de habitación (alta, media o baja Guajira), pero son mínimas. Un buen número de Wayú, sobre todo los jóvenes entiende el español y lo habla con holgura, pero su lengua materna sigue representando para ellos un factor importante de identidad étnica y cultural.


 


CULTURA 







 


 


 


 


 


 


 


 


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l sistema de representación de este pueblo integra una serie de deidades

 


importantes en su universo mítico. La figura central es Maleiwa, dios creador de los Wayú y fundador de la sociedad. También están Pulowi y Juyá, esposos asociados a la generación de la vida. Pulowi, la mujer, se asocia a la sequía y los vientos, y algunos lugares que habita. Juyá, su esposo, es un errante que caza y mata. Wanülü representa el mal de la enfermedad o la muerte.


Entre los Wayú, el nacimiento de un niño ocurre en la casa, asistido por la madre de la mujer o una pariente próxima. Mientras la supervivencia del niño no sea segura, los miembros de su familia se alimentan con una dieta estrictamente reducida.


¨ No se destaca la pubertad en los varones, pero las niñas están sometidas a un severo rito de paso. Cuando la muchacha empieza a menstruar, es sometida a un período de reclusión, al término del cual se ha convertido en mujer equipada para casarse. Durante el inicio de esta reclusión, la joven es completa o parcialmente rapada y luego instalada en una hamaca colgada cerca del techo de la casa. Durante los días siguientes es cuidada con alimentos vegetales especiales, llamados jaguapi, y observa una dieta rigurosa. En ese tiempo la bañan con frecuencia y la instruyen en las tareas femeninas, tejido, hilado, le imparten conocimientos sobre los procesos tradicionales de control natal, embarazo y quizás algunas técnicas eróticas.


Los Wayú, no concluyen el ciclo de vida con la muerte, ya que la gente continúa relacionada con los huesos del difunto. Los entierros son acontecimientos importantes en los que los parientes del muerto actúan determinada manera. Esta relación con los muertos tiene su contrapartida en su sentido de pertenencia e identidad, en su noción misma del territorio, pues como lo afirma Rosario Epiayú, ¨ los wayuu son de donde son sus muertos ". Los entierros se hacen en dos etapas: primero se sepulta el cadáver con algunas pertenencias y luego, dos años después, se hace una exhumación del cuerpo, se incinera y se sepulta nuevamente en el cementerio clánico, dentro de ollas de barro o tumbas de cemento.


 


VIVIENDA








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n asentamiento tradicional wayuu está formado por cinco o seis casas, que conforman caseríos o rancherías. Cada ranchería tiene un nombre, que puede ser de una planta, un animal o un sitio geográfico. A un territorio que comprende varias rancherías se le designa con el apellido transmitido por línea materna: por ejemplo, la tierra de Los Uriana.


Los Wayú no se agrupan en pueblos y las rancherías se encuentran lejos unas de las otras, para poder manejar más fácilmente los rebaños.


La vivienda típica es una pequeña casa (piichi o miichi), generalmente dividida en dos cuartos, donde se cuelgan hamacas para dormir, mochilas de algodón tejido que guardan sus pertenencias y, en el suelo y al pie de las paredes, se encuentran las vasijas de barro donde se guarda el agua. Las viviendas son rectangulares, a veces semicirculares. Los tejados están construidos en yotojoro, corazón seco del cactus. Las paredes son de bahareque o argamasa (yotojoro). Actualmente se ha incrementado la construcción de casas con tejado de zinc y ha variado la apariencia de las viviendas con el uso del cemento y otros materiales.


¨ Cerca de la casa principal se encuentra la enramada, llamada luma, que consiste en un tejado con techo plano que reposa sobre seis postes. La enramada es un sitio importante; allí se desarrollan las actividades del día y también es el lugar donde son atendidos los visitantes, donde se transan los negocios y donde los parientes cuelgan las hamacas para hacer la siesta durante el día.¨ (Vergara, 1987)


 


ORGANIZACIÓN SOCIO-POLÍTICA






 


 


 


 


 


 


 


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os Wayuu tienen su propia forma de organización social que es el clan matrilineal, endogámico, en donde los parientes se identifican por la línea materna. Los residentes de un asentamiento son agrupaciones de parientes uterinos que constituyen el núcleo del caserío. Cada clan, además, está asociado a un animal totémico, es decir, cada familia tiene un origen mitológico según el cual cada grupo está representado por un animal como el tigre, la avispa, etc. Entre sus principales clanes o troncos familiares se destacan: los Epieyú, Uriana, Ipuana, Pushaina, Epinayú, Jusayú, Arpushana, Jarariyú, Woriyú, Urariyú, Sapuana, Jinnu, Sijona, Pausayú, Ucharayú, Uriyú, Warpushana, Worworiyú, Pipishana, Toctouyú. ¨ Algunos clanes son considerados pobres, otros como afortunados o políticamente influyentes; pertenecer a uno u otro clan define el principio de identidad social y el estatus del individuo.¨ (Vergara, 1987).

 


Su dinámica de poblamiento es dispersa matrilocal y se caracteriza por asentamientos basados en la Ranchería o Piichipala. Las rancherías están formadas por varios ranchos de una planta, un corral, huertas, un cementerio, que se comparten de manera colectiva; algunas tienen un molino para bombear agua o jagueyes (pozos artificiales) y casimbas (presas en los lechos de los ríos) para almacenar el agua, debido a la escasez de lluvias que caracteriza esta zona semi desértica. No existen en los caseríos iglesias, puestos de salud u oficinas de gobierno o escuelas. Allí pasan la vida de manera semi-sedentaria, pues sus familias se trasladan constantemente por todo el territorio de acuerdo con las estaciones climáticas y las oportunidades de trabajo y subsistencia. De esta manera, en la época de verano emigran a territorio venezolano en busca de trabajo, mientras que vuelven a sus rancherías en época de invierno.


El sistema de parentesco es clasificatorio de tipo crow, donde los primos cruzados matrilineales se diferencian de los primos cruzados patrilineales, y los primos paralelos de ambos lados pertenecen al mismo grupo y reciben la misma denominación. La madre, el padre y los hijos conforman el núcleo del sistema Wayú de parentesco, donde los hermanos son los únicos parientes por tener la misma sangre y la misma carne. Los individuos que comparten este vínculo genealógico por la carne son apüshi, son parientes uterinos. Con el padre y sus hermanos se comparte la misma sangre, mas no la carne, y se designan como oupayu, que corresponde a la categoría de los parientes uterinos del padre.


 


¨ La poligamia es el modelo preferido de matrimonio en esta sociedad, lo cual a su vez es signo de riqueza y señal de prestigio. En los matrimonios políginos las co esposas generalmente viven aparte, cada una con su propia madre y hermanas en un arreglo matrilocal. El hombre pasa generalmente la mayor parte de su tiempo cerca de su última esposa, pero no abandona a las precedentes, a quienes hace visitas regulares.


El matrimonio representa un arreglo contractual de carácter económico y a veces político entre dos familias, en el cual el pago de la dote en ganado, caballos y joyas es llevado a cabo por el novio a los parientes de la esposa. Este cambio de propiedad pone la marca de legalidad sobre el matrimonio.


En relación con la organización política, los Wayú sobresalen por la falta de órganos gubernamentales, la ausencia de instituciones legales, de liderazgo desarrollado, y en general de una vida política organizada. Dentro de esta sociedad, los agentes formales de control social son casi absolutamente inexistentes. No existe nada parecido a la policía, o alguien que cumpla el papel de juez, y la dirección de los propios asuntos, por lo tanto, es en gran medida una cuestión personal; se espera que todo el mundo se sostenga por sus propios medios y cumpla sus propias obligaciones, debido, entre otras cosas, a la ausencia de un poder político centralizado.


La justicia es informal y privada. Las investigaciones indican que los Wayú distinguen dos clases de agravio: la violación de costumbres y la violación de obligaciones. Estos agravios son resueltos entre las partes implicadas o entre los miembros de la familia en que ocurren. Hablando en términos generales, parece que el mantenimiento de la ley se basa, en gran medida, en el principio de reciprocidad, el temor a las sanciones y represalias, y el deseo de ganar el beneplácito público.


No se puede estar mucho tiempo entre los Wayú sin darse cuenta de que las peleas y altercados son constantes. Las familias Guajiras están en relaciones potencialmente hostiles una frente a otra; si dos miembros de distintas familias se enredan en una pelea, es posible que los parientes de ambas partes vayan en su ayuda, empezando con un proceso legal iniciado por el jefe de la familia del litigante, quien tiene el derecho, reconocido por todos, a recibir una compensación como pago, y en caso contrario a obtener satisfacción por medio de violencia. El pago de indemnización o la satisfacción con violencia son las medidas tradicionales tomadas por los Wayú para compensar las violaciones de los derechos cívicos. Este pago se hace generalmente con ganado vacuno, cabras y ovejas, collares, dinero o hilo, y la cuantía se determina de acuerdo con la gravedad del caso, jugando un papel importante la condición social del perjudicado. Es así como un Guajiro rico recibe mucha más satisfacción que un Guajiro pobre por similar ofensa o desafío. Por otra parte, en las disputas legales serias, los servicios de intermediarios imparciales, llamados palabreros, se obtiene para obtener un beneficio pacífico.¨ (Vergara, 1987)


 


 


 


SISTEMA DE PRODUCCIÓN








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omo los Wayuú habitan en las tierras de la Guajira menos aptas para el cultivo y las fuentes de subsistencia no son suficientes para cubrir sus necesidades alimenticias, entonces desarrollan una economía mixta, basada en la cría y pastoreo de ganado caprino y vacuno (caballar) combinada con una horticultura especializada de maíz, fríjol, yuca, auyama, pepinos, melones y patilla, además de actividades como la pesca y la caza. Además de ser parte de la base alimenticia y objeto de intercambio, el ganado -especialmente los chivos- tiene un significado cultural que lo erige en símbolo de poder, estatus y prestigio. De ahí que los arreglos matrimoniales, por ejemplo, se realicen con sujeción a pactos de dotes representadas en animales, joyas, hamacas y vasijas.

 


Los Wayú desconocen por completo la rotación de cultivos, pues carecen de cultivos para rotar y usan como abonos deyecciones del ganado y cenizas de quemas de hierbas que sirven como fertilizantes. No dejan los terrenos en barbecho durante un año para su recuperación, sino que los siembran año tras año hasta que se agotan


 


Cada huerta es propiedad de un hombre y éste asigna a sus hijos el derecho a utilizar secciones del terreno. Cada hombre cultiva su parcela asistido por su mujer. Es común que los propietarios de las parcelas conviden a sus parientes y vecinos a yana'má, faenas de trabajo en grupo para cercar y limpiar el terreno, en las cuales se participa a cambio de comida y bebida: carne, arepa y ron.


 


La pesca constituye la más importante actividad económica de los Wayú que viven en la costa y un gran número de indígenas vive exclusivamente de ella. Los indígenas de la costa oriental de la península, frente al Golfo de Venezuela, tienen poca pesca en comparación con los que están ubicados en la costa occidental. Estas familias conservan celosamente sus derechos de pesca y las personas que desean pescar en grandes cantidades en un territorio familiar tienen que obtener primero el permiso de su propietarios; si no lo hacen, surgen conflictos.


 


Otra fuente de subsistencia ha sido la explotación de la sal en Manaure. Esta ha sido realizada por los Wayú desde antes de la llegada de los españoles. Sin embargo en 1968 fueron asignadas para su administración al Instituto de Fomento Industrial (IFI), lo que generó conflictos y tensiones sociales. Actualmente la explotación de la sal se hace de manera mecanizada o artesanal en esta última participa principalmente el indígena Guajiro utilizando "charcas" de las que saca dos cosechas anuales.


 


 


 




domingo, 23 de noviembre de 2008

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